martes, 20 de mayo de 2014

TP N°2 - 'El fin de los medios masivos'

Los nuevos medios no ‘matan’ a los medios preexistentes; todos se reconfiguran con la convergencia, el mestizaje y la evolución orgánica. Esto plantea el escritor, Hugo Pardo Kuklinski en su ensayo ‘El fin de los blogs’ incluido en el libro ‘El fin de los medios masivos’.

El conocimiento nace desde el pensamiento público y la conversación derivada no sabe de formatos y suele adaptarse a las prácticas de interacción dominantes del momento (ayer los blogs, hoy Facebook, mañana otra). Este texto representa un llamado de atención para un formato que puede perder el ritmo de cambio que proponen las redes sociales a gran escala. Estas nos unen, se convierten en un depositario de nuestra historia personal y eso genera un proceso social complejo. Los blogs, en cambio, tienen escaso recorrido porque son herramientas de producción individual, donde la participación colectiva se limita a los comentarios. El funcionamiento de los blogs no es muy diferente al de las cartas de lectores de un medio gráfico tradicional.

Paul Boutin, agrega que si bien la blogósfera alguna vez fue un espacio de autoexpresión, frescura y pensamiento independiente, hoy ha sido inundada por un mar de contenidos de pago, marketing semioculto y amateurismo sin vocación de calidad. Además, los comentarios han perdido la batalla del spam.

Innovar y reinventarse es la fórmula mágica en la cultura de Internet. Redes sociales como YouTube, Twitter y iTunes son paradigmas del consumo snack en la red. Los dispositivos móviles conectados a internet potencian aún más el consumo de retazos de información. El nacimiento de Blogger en 1999 era –comparado con la prensa escrita o la industria editorial- una nueva representación de la cultura snack. Innovar y reinventarse es la fórmula mágica en la cultura de internet.

En síntesis, los blogs son sólo un formato entre muchos. El hipertexto, la búsqueda y la filosofía colaborativa son las variables determinantes. El resto son subconjuntos de esos componentes. El deseo de escribir, intercambiar conocimiento o simplemente comunicarse con los demás en forma distribuida persistirá a todas las modas y a todos los formatos. Si mueren los blogs, no pasará nada y la vida online seguirá su paso colaborativo y los exbloggers seguirán siendo lo que los predefinía: periodistas, investigadores, economistas, artistas, escritores, estudiantes o bullshitters.


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